jueves, 2 de febrero de 2012

Abono


Aun el rocío hiere
las hojas partidas
la más leve brisa
sacude, maltrata.

Mejor para ellas
morir sobre el polvo
que sentir por un hilo
la vida escasa.

Soltarse
dejarse caer
encontrar poco a poco
el color del otoño
y acertar con la tierra
el diálogo eterno
de llegar en pedazos
a la propia raíz.