domingo, 7 de octubre de 2012

Paleta otoño

El color del café
de la almendra
de la nuez

El matiz de la tierra
seca o mojada

Se desvanece el verde
se deshace el rojo

Bronce
Canela
el viejo tinte del sol
sobre la piel

Los ocres y los pardos
los miel, naranja y chocolates
los tonos de las hojas que se van
y del tronco
y la raíz


viernes, 14 de septiembre de 2012

Volver

Volver a recorrer las esquinas torcidas 
a esperar afuera de portones antiguos
que prometen misteriosas maravillas
Volver a contemplar con asombro
el cascajo de batallas perdidas

Volver a hilvanar sin hacer nudo al hilo
a tejer para luego deshacer el tejido

Volver a escarbar en baúles cerrados
a impregnarse de viejos olores
a mirarse en espejos rajados
y perderse en los ojos de retratos borrosos


Entretener al corazón en autopsias declaradas
en manjares expirados

y volver a ahogarse en el vaso
de las mismas lágrimas
de las mismas penas

sábado, 11 de agosto de 2012

ESOS LOCOS QUE CORREN

Emocionante descripción de esta locura particular. Ni creo que también formo parte de esa gente rara.


lunes, 2 de julio de 2012

Karen Mace: la escritura como terapia


Hace poco pude conocer a Karen, una mujer australiana con una amplia sonrisa, llena de amor por la vida y por la gente. Al verla, nadie podría imaginar que sufrió una trágica pérdida de la que muchos no habrían podido salir.

Fue hace unos años cuando ella junto con su esposo e hijas vivían en Quito. Karen era enfermera y a más de su trabajo se ocupaba de varias tareas misioneras como enseñar estudios bíblicos, conducir un programa de radio y visitar la cárcel de mujeres. De hecho, su tercera hija nació durante su tiempo de servicio en el Hospital Vozandes-Shell en la selva amazónica.

Transcurría noviembre del 2003 cuando sucedió lo inimaginable. Sarah, la segunda hija del matrimonio e Iliana, la más pequeña, tomaban un baño en el departamento de la familia sin saber que la llama piloto del calefón no estaba funcionando bien. El gas lentamente las durmió.

Karen cuenta que a la terrible muerte de Ileana y Sarah se sumaron una serie de cosas que desafiaron su fe, por lo que le era cada vez más difícil comunicarse con Dios.

Tal vez nadie percibía lo mucho que luchaba en su interior hasta que, finalmente, en el año 2006, Karen tuvo la convicción de que el Señor le estaba enseñando nuevas maneras de procesar su dolor.

Fue allí que descubrió el uso terapéutico de la escritura, una excelente herramienta para desenredar conflictos profundos y descubrir propósitos. Karen relata con entusiasmo que, con la ayuda de Dios, las personas se pueden librar de viejas ataduras y de la opresión que las mantiene cautivas por años. Por esa razón se entregó a estudiar con esmero este método y lo encontró muy útil para hombres y mujeres.

Karen ahora es una terapeuta. Dedica mucho tiempo a ofrecer talleres y sesiones de consejería en la isla de Tasmania, su lugar de origen. Cree firmemente en el poder de Dios para sanar nuestras heridas y fortalecernos para enfrentar lo que venga, sabiendo que hay un propósito.

Quién mejor que ella, que sobrevivió a un dolor tan grande, para afirmarlo. Karen es un libro abierto.

 El en su blog en inglés "The Healing Place", se puede encontrar escritura terapéutica aplicada a varios temas.

martes, 1 de mayo de 2012

Tuit-cuentos

I
El infiel llegó a creer que en verdad amaba y, al fin, sufrió.






















II
La piedra rozó la ventana y la quebró. Al ver el destrozo, todos se miraban a los ojos preguntándose quién tiene escondida la mano.
















III
Por madrugar no vio el charco y resbaló. Perdió el bus.–Fisura, dijo el médico. 'Aun así es un buen día', pensó. 'Dios me ayudó.'














IV
'No más duda', dijo. 'Mi amor es para siempre.' Vino luego un ventarrón y mezcló todo: 'Para siempre es mi duda. No más amor,' dijo.


















V
El visitante urgido, el local cerrado. Amague, centro, marca va. Nada. Marca, centro, amague viene.Nada.Un desborde, un pique: ¡Gol!












VI
Su autoestima se encogió tanto que ya pudo estirarla hasta donde daban las sábanas.


















VII
Corrió ocultando el beso que había robado.¡Nadie le vio! Ya a solas, lo examinó feliz frente al espejo pero no supo qué hacer con él.

jueves, 5 de abril de 2012

"Pescador"


Acabo de saborear “Pescador”, la última película de Sebastián Cordero y antes de perder la primera impresión, que es la más fresca, quiero desmenuzar algunas ideas. Me alegro, por cierto, que el cine ecuatoriano ahora tenga suficientes argumentos como para no sentirnos obligados a “apoyar” una película por el solo hecho de ser nacional. En el pasado no tan lejano era casi traicionero criticar la producción cinematográfica ecuatoriana en lugar de resaltar todos sus enormes esfuerzos. Ya no. Se han realizado muy buenos trabajos. Al menos yo, me siento más libre de consumirlos como lo que son: historias.

“Pescador” me sedujo porque tiene enganche. El Matal, su movimiento, lo pintoresco de esa cotidianidad y el protagonista, fue lo más sólido para mí. Blanquito es real y convence. No hay que mirarlo dos o tres veces para creerle. Su actuación me llevó de la mano de principio a fin, sin revés. A más de eso, me pasó como en “Qué tan lejos” y “Prometeo deportado” o hasta en la no tan buena “A tus espaldas” que me sorprendí riéndome con el resto de la sala al identificar las idiosincrasias nuestras reproducidas con picardía. Las piñas en la maleta, el ají en la encomienda, el verde fiado, el coloquio costeño, etc.

Entonces, me atrapó el personaje y su ansia. Me subí con él en el bus a Manta y a Guayaquil y en el convertible con el capó dañado a Quito. Me entretuve. Pero, terminado el viaje, me incomodó quedarme con preguntas sobre la historia misma. Por ejemplo, la coyuntura del padre de Blanquito resultó débil. Me encantaría preguntarle al guionista si ésta fue pensada para justificar el aspecto físico diferente del pescador o para resolver alguna necesidad intrínseca del relato. Me inclino a pensar en la primera opción. Salir a buscar a un padre desconocido que es un poderoso político no me sonó verosímil para dejar El Matal en esas circunstancias de Blanquito. Suficiente tenía con el hastío y con la nueva gran oportunidad de vender su producto de “consumo masivo”.

Hay otras mini historias que luego quedan en el aire o se reducen a meras anécdotas. Una de ellas es la del amigo que sueña con tener su negocio de “Mariscos del Mar”. La trama de la hija de Lorna, si bien nos cuenta algo sobre la coprotagonista y sus motivaciones, queda como un cabo suelto. Lo que no queda suelto alrededor de Lorna y de su buena actuación es el estereotipo de “la colombiana”. Por último, la actuación de Elías, para decir lo menos, se me hizo muy pobre.

En fin. “Pescador” es una película para ver y disfrutar, aunque deje preguntas que deba resolverlas uno, en lugar de que las haya resuelto el guión.


jueves, 2 de febrero de 2012

Abono


Aun el rocío hiere
las hojas partidas
la más leve brisa
sacude, maltrata.

Mejor para ellas
morir sobre el polvo
que sentir por un hilo
la vida escasa.

Soltarse
dejarse caer
encontrar poco a poco
el color del otoño
y acertar con la tierra
el diálogo eterno
de llegar en pedazos
a la propia raíz.

viernes, 6 de enero de 2012

Soledad postparto


Tener un bebé y experimentar una gran soledad pueden ir de la mano en la vida de una mujer. El bebé necesita, demanda. La mamá atiende, da. Las horas son largas. No hay con quién hablar. Hay mucho silencio, a no ser por el llanto.

Adoré tener mis bebés. Fueron días llenos de vida. Sin embargo, nunca antes había conocido tal soledad. Y es muy distinto para los padres. Por muy involucrados que estén con la tarea del bebé, también tienen su mundo. Ojalá todos los hombres fueran exageradamente solícitos y además cariñosos con sus mujeres cuando tienen un bebé. Hay los solícitos. También están los cariñosos. Pero las dos cosas juntas... qué difícil esperar.

[Información de ayuda sobre el tema: http://www.geosalud.com/depresion/depresion_postparto.htm ]