sábado, 18 de junio de 2011

Ocho de abril

Ese latido suyo
lejano y débil
anuncia su partida inminente
y con ella
el frío tan temido

Mis lágrimas no pueden retenerle
ni mis ruegos
ni mis más intensas oraciones
usted se va impostergablemente
así
envuelto en serenidad absoluta
a su cita máxima

Yo aquí me aferro
al calor de su mano
y al escaso aire
que hasta hoy lo sostiene

Su pecho lucha por llenarse lento
y se cansa
lejano y débil
en tanto yo cuento las últimas gotas
de su ternura

Su pecho…
mi único puerto de seguridad plena
se cansa
se va
Usted se va y me sé huérfana
se lleva la luz
se lleva todas mis respuestas

Sonríe
lejano y débil
promete aquel abrazo
yo imagino su fiesta
pero no es consuelo para mi quebranto

Se va el héroe de todos mis cuentos
el valiente de todas mis historias
a mí
no me queda más que tomar su capa
tragar el suspiro amargo y vacío
despejar el ahogo
y esperar el día
de mirar otra vez sus ojos